El próximo 31 de julio se vence el plazo que el Decreto 70-94 artículo 29, establece como fecha máxima de pago del impuesto de circulación en nuestro país, pero este año 2021 es un día inhábil por ser sábado, por lo cual se traslada al siguiente día hábil inmediato que será el 2 de agosto.
Este impuesto es una vil burla al contribuyente guatemalteco que se esfuerza por cumplir con sus obligaciones tributarias en el país, porque a cambio no recibe nada. Y sí, no recibimos nada. Tal es el caso de la aldea Cuatro Caminos, Totonicapán una obra que dio inicio en 2020 con actos protocolarios y gastos de movilización innecesaria, siendo un monumento más a la corrupción imperante en las instituciones de gobierno, el Ministerio de Comunicaciones dejó abandonada la obra de construcción del paso a desnivel de esa aldea que comunica a los departamentos de Quetzaltenango, Totonicapán, Huehuetenango y Sololá hacia el resto del país, sin más explicaciones que “falta de la liberación del 20% del Derecho de Vía y el contratista suspendió los trabajos a partir del 01 de abril del año en curso”. Los trabajos del paso a desnivel iniciaron el 20 de febrero y se tenía previsto entregarlo entre junio y julio de este año, pero por los problemas legales, su culminación y entrega PODRÍA SER hasta finales de este 2021. Todo esto causa atrasos a los pilotos que necesitan transitar por el lugar, suspenden muchas veces negociaciones comerciales, pérdida a los comerciantes, agricultores y sector industrial del país, gracias a que en algunas ocasiones han habido colas de más de 3 horas para pasar a alguna de las 4 carreteras que conecta ese famoso pero mortal paso vehicular por la carencia de señalización y una oportuna atención de agentes de tránsito que en lugar de entorpecer la fluidez vehicular, agilicen la locomoción del referido acceso departamental. En el momento de inicio de los trabajos de construcción, decía Alejandro Giammattei que la fecha de entrega de esa obra sería el 18 de julio de este año -2021-, y mencionaba “si la empresa ejecutora y el ministro de Comunicaciones no cumplen con ese plazo, yo mismo los vengo agarrar a muletazos”. Pues habrá que ir a buscar al ex ministro Josué Lemus y al presidente para ver a quién va a agarrar a muletazos el jefe del ejecutivo por ofrecer lo que de antemano, sabía no podría cumplir por la incompetencia de la Contraloría General de Cuentas de la Nación al no fiscalizar que esa obra gris contara con todos los requisitos que establece la Ley de Contrataciones del Estado para su previa autorización y ejecución. Y es preciso acotar que tal parece, esa institución está para perseguir únicamente a quienes no le deben nada al Estado, pero a estos incompetentes los tiene como intocables y por eso en Guatemala pasan y no pasan cosas y las instituciones encargadas de velar por su cumplimiento, están como espectadores ante los descarados agravios a la colectividad y el bien común.
Al ciudadano que no pague Impuesto de Circulación, a partir del 03 de agosto de 2021 se le aplicará una multa del 100% sobre el valor del impuesto y con intereses de una tasa del 12.65% anual calculado diario.
Pero ese piloto que no ha cumplido con el referido impuesto por múltiples circunstancias, o porque no lo hace para manifestar su rechazo a la deleznable corrupción de la que somos víctimas en el gobierno del partido VAMOS, sí le cae el peso de la ley siendo damnificado directamente a su bolsillo.
Y es el que el presidente junto a su séquito de corruptos funcionarios de gobierno, no tienen la necesidad de pagar repuestos a sus vehículos cada vez que caen a un profundo hoyo en carretera, a comprar una llanta nueva, a darle mantenimiento antes de tiempo a su vehículo o a hacer largas colas porque resulta que hay tramos carreteros de asfalto malo con hundimientos, se acerca a 20 metros de terracería, vuelve a asfalto y 3 tramos más de forma intermitente con terracería como es el caso de la carretera que conecta los departamentos de Quetzaltenango y Totonicapán con Huehuetenango, y digo que no se ven afectados, porque somos nosotros mismos como contribuyentes quienes satisfacemos sus necesidades de transporte, combustible, gastos de representación por un trabajo que no hacen, porque desde que toman posesión en los cargos públicos ya tienen establecida una espuria línea de tiempo que beneficia únicamente a sus jugosas cuentas de banco en paraísos fiscales, mientras los guatemaltecos seguimos pagando su cómoda vida de lujos por los que nunca han trabajado honradamente. ¡Es momento que los guatemaltecos, actuemos para que este tipo de arbitrariedades dejen de suceder, para que nuestros impuestos sirvan para sostener a un Estado que responda a las necesidades de todos y nos permitan respirar un clima de oportunidades para todos sin detrimento de los menos favorecidos!
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