Definitivamente la pandemia que estamos viviendo a raíz del virus del COVID 19 forma parte de nuestra vida diaria y no hay fecha certera que pueda desaparecer; es más, podría multiplicarse o agravarse.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han hecho un llamado en conjunto para que se aceleren los procesos de vacunación, transformar los sistemas de salud y construir Estados de bienestar para controlar la pandemia y avanzar en la recuperación de la región con igualdad y sostenibilidad ambiental, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Por el COVID-19 han fallecido más de 1,5 millones de personas en América Latina y el Caribe que representa al 30% en el mundo y a casi 47 millones de casos confirmados lo que equivale al 20% del total mundial, cifras altas considerando que la región tiene el 8,4% de la población mundial.
En 2020 América Latina y el Caribe experimentó la mayor contracción económica de los últimos 120 años y fue la región que tuvo el peor desempeño entre todas las regiones en desarrollo. El crecimiento prácticamente nulo en el quinquenio previo a la crisis, unido a la fuerte contracción de 2020 (-6,8%), se tradujo en una caída histórica de la ocupación y un aumento sin precedentes del desempleo, junto con incrementos significativos de la pobreza, la pobreza extrema y la desigualdad, lo que ha exacerbado aún más los problemas estructurales de la región. Para 2021 se espera una tasa de crecimiento promedio del 5,9%, mientras que en 2022 de 2,9%. No obstante, esta expansión no será suficiente para que toda la región recupere el nivel de PIB anterior a la crisis.
La pandemia ha evidenciado la crisis económica, social y política en la mayoría de los países y en especial aquellos en vías de desarrollo. Si antes de la pandemia existía una evidente debilidad de respuesta en los servicios de salud, con el COVID 19 es imperativo la transformación de los sistemas de salud y de calidad para que esté al alcance de todas las personas y con base a un enfoque de atención primaria de salud, para acelerar la recuperación después de la pandemia, recuperar y mantener los logros en salud pública y retomar el camino hacia la salud universal.
La aspiración a tener estados que cumplan con su finalidad de garantizar el bien común, deben dar un paso adelante y consolidarse en Estados de bienestar con políticas universales, redistributivas y solidarias con enfoque de derechos al margen de la ideología de gobierno que llegue al poder.
La etapa del romántico “bien común” debe quedar atrás para tener realmente Estados que prioricen a la persona y lograr el desarrollo al que aspiran; y, la única forma es humanizar a la política desde la política.
Hasta la próxima semana.
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