Los derechos humanos (ddhh) tienden a polarizar a las sociedades, es un tema sensible, incomprendido por muchos e incluso políticamente usado por otros, se interpreta de diferente manera y a conveniencias, sin nunca acabar y verlo desde su real dimensión. Se trata de una real visión desde el significado de justicia para con la humanidad y especialmente con sectores históricamente excluidos.
Se los han clasificado por “generaciones”, donde la primera generación corresponde a los civiles y políticos; la segunda a los económicos, sociales y culturales; y, la tercera a los derechos de los pueblos o derechos de solidaridad. Esta clasificación hace muchos años ya está obsoleta, pero de igual forma se la menciona para propósitos académicos y porque las leyes internacionales de derechos humanos así la presentan.
El derecho a la salud está comprendido dentro de los que se llaman derechos económicos, sociales y culturales y por el hecho de encontrarse en esta categoría para los estados ha servido como excusa para que no los prioricen ya que según a las normas internacionales son de progresivo desarrollo.
Desde mi punto de vista, los ddhh constituyen una sola unidad, con el mismo valor y por lo tanto desde los estados se deben de atender de la misma forma. La consecuencia de no haber atendido históricamente el derecho a la salud ha sido la pandemia que ha evidenciado a la mayoría de los países del mundo sin haber podido responder en su momento desde sus sistemas de salud no solo para atender a los infectados, sino también para prevenir más contagios. Nunca se privilegió el derecho a la salud y todo lo que ello implica.
El derecho humano a la salud está exigiendo una vía de legitimación oportuna y de apropiación de sentido en la comunidad, que se convierte como el primer espacio potenciado para la promoción, defensa y conservación del mismo, por eso es fundamental contar con políticas públicas que contribuyan al fortalecimiento de los procesos de desarrollo educativo, social, político y ético que requieren los países y hacer efectivos los principios y los valores de la democracia participativa definidos que están definidos en las Constituciones Políticas.
El mundo esta más sensible a raíz de la pandemia en que el derecho a la salud debe desarrollarse y garantizarse desde el estado, no solo como concepto dogmático, sino también como un real compromiso de los mismos, con políticas de prevención, atención y acceso igualitario.
La defensa de los derechos humanos es tarea de todos, se trata además de velar por las libertades individuales, y por los derechos sociales como la salud, educación, vivienda, alimentación, trabajo, etc., de defender la propiedad privada, seguridad social, vivir en un medio ambiente sano, en paz, etc. cuyo objetivo es dignificar a la persona hasta lograr su plena realización como individuo y parte de una comunidad.
Hasta la próxima semana.
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