Desde que comenzó la pandemia por los países asiáticos y su expansión por todo el mundo nunca se tuvo la idea de cómo iba a entrar a Guatemala, porque todas las enfermedades ya sean solamente virus o de menor magnitud estas se quedan en el país, el Cólera Morbus en la década de 1990 que afecto fuertemente, aunque causo estragos, no fue tan drástico como el actual covid-19, que está causando muerte y dolor en muchas familias en todo el país, el panorama es muy sombrío, ahora están hablando de otra ola llamada Delta, parece que se quiere el exterminio de la población mundial, los países que no tomaron en serio este virus prontamente fueron presa de sus ineptitudes, llegando a contagiarse gran parte de sus poblaciones como el caso de Brasil que el mismo presidente no quiso que se tomaran las medidas adecuadas y ahora es el país con más contagios y muertes después de Estados Unidos.
Pero veamos el caso de nuestro país que comenzó bien el proceso desde marzo de 2020, el país se confino ante la pandemia, logrando frenar la pandemia, pero en el sector salud también los hospitales se vieron abarrotados de gente en busca de ser atendidos por el contagio de la pandemia, pero el gobierno fue cediendo ante la presión del sector privado CACIF, para que el país ya no se cerrara al confinamiento, esto hizo que se fuera quitando ciertas medidas hasta que prácticamente todo ha vuelto a la normalidad, se abrieron los centros recreativos, las playas, los centros comerciales, los restaurantes y lo único que ha permanecido inalterable son las manifestaciones religiosas, en las iglesias solo se permite cierto número de feligreses.
Esta forma de enfrentar la pandemia no ha sido la mejor decisión, el incremento de contagios aumentó drásticamente, en los últimos días hemos visto que los hospitales ya están saturados, en algunos casos ya no están recibiendo a más pacientes, el gobierno no cumple con los salarios de los médicos, enfermeras y técnicos, a pesar de la crisis sanitaria el gobierno se da el lujo de despedir a los médicos que trabajan sacrificándose al enfrentar la pandemia, según algunas versiones de los mismos médicos los hospitales de Covid-19 están desabastecidos, mientras la población en las calles sigue como si nada, contagiándose, sin mascarilla, no atienden las medidas de seguridad.
Guatemala está viviendo de la caridad al recibir donaciones de países que ven la desgracia de este país y están enviando dosis de las vacunas, México, Estados Unidos, Israel, han donado vacunas, mientras las instituciones de gobierno poco les importa la salud del pueblo, como el caso del congreso diputados sin conciencia social, que tuvieron que convocarlos de emergencia para aprobar la ley de no responsabilidad de las farmacéuticas por efectos secundarios de las vacunas, la Contraloría General de Cuentas solo actúa por inercia, no por capacidad para controlar los gastos de gobierno con respecto a la vacuna Sputnik V, el Ministerio de salud sus actuaciones van a paso aritmético, mientras el Covid-19 avanza de forma geométrica y la población se sigue contagiando y muriendo por medidas equivocadas de gobierno, sin seguridad de vacunas para la población, esto solo se vivió en Ecuador donde muchas personas se morían en las calles, en México ya no recibian más pacientes porque los hospitales estaban saturados el año pasado, todavía se pueden salvar vidas si el gobierno propone un plan estratégico de vacunación.
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