Cuatro días después de entrar de forma ilegal a territorio guatemalteco en una caravana de migrantes que busca llegar a Estados Unidos, más de 3.000 hondureños han sido retornados a su país, mientras otros grupos continúan su trayecto hacia la frontera con México.
El gobierno de Guatemala, a través del vicecanciller de Atención al Migrante, Eduardo Hernández, pidió el domingo a Honduras que tome acciones para evitar más caravanas.
“Hacemos nuevamente el llamado al gobierno hondureño para que tome las medidas que le corresponde para mitigar esta crisis”, refirió el funcionario, al indicar que es urgente que Honduras evite que otros grupos emprendan movimientos como el que se registró el 1 de octubre.
Mientras, el gobierno mexicano ha tomado las acciones correspondientes en la frontera sur para impedir la entrada de la caravana a su territorio.
Jahir Dabroy, experto en temas migratorios de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, ASIES, asegura que era “más que obvio” que las caravanas se rearticularán, pues la pandemia de coronavirus evidencia la necesidad que sigue existiendo en personas que buscan llegar a Estados Unidos, pero considera importante analizar qué está pasando en Honduras para convertirse en un foco generador de las caravanas.
Asegura que la corrupción es un aspecto al que hay que ponerle suma atención porque parece que, en alguna medida, “pudiera hacer una inferencia para explicar por qué en Honduras se desarrollan estos grupos migratorios y por qué las caravanas no han tenido ese mismo nivel de auge en El Salvador o en Guatemala”.
“Que migrar sea únicamente una opción para que las personas que lo quieran hacer, sea por la vía regular, porque las condiciones de sus propias comunidades son las idóneas para tener mejoras en su condición de vida. Si esto no sucede, no podemos tener a las personas aprisionadas en un país con resguardo de fronteras”, agregó.
Respecto a la situación que enfrenta el Triángulo Norte, Dabroy señaló que, aunque el fenómeno parece ser entre Guatemala y Honduras, es un problema transversal por la simple ubicación geográfica de Centroamérica.
“Es sumamente relevante no tratar esto solamente como coyuntura, porque lo que está demostrándose es solamente la punta del iceberg de algo que es mucho más complejo. Nadie quiere dejar su país de manera irregular solo así por así, nadie quiere abandonar su casa, a sus familiares, exponer a sus hijos a un viaje”, indicó.
El paso de migrantes por puntos ciegos
El vicecanciller Eduardo Hernández dijo que es difícil registrar la cantidad de migrantes que siguen pasando por puntos ciegos en la frontera con Guatemala.
“Existen los pasos oficiales de paso, pero desde luego, sabemos y no es un secreto para nadie, que existen esos puntos ciegos. Nosotros lo que buscamos a través de nuestro accionar es promover la migración segura, ordenada y regular y en el caso de estas caravanas ellos promueven todo lo contrario”, explicó el funcionario.
Una situación que para el analista Jahir Dabroy, debe combatirse de forma preventiva.
“Tenemos una frontera sumamente porosa en cualquiera de los puntos limítrofes, sea con México, Belice, El Salvador, Honduras, es muy fácil cruzar este tipo de fronteras. Lo que no podemos tampoco es pensar en militarizar fronteras como ha demandado Estados Unidos”, dijo Dabroy.
“Debemos de apostarle a los canales regulares de migración y libre tránsito que pueden tener ciudadanos centroamericanos por Guatemala donde tratemos de otorgar ciertas facilidades para que la migración se dé de la manera pertinente y no haya necesidad que exista paso por los denominados puntos ciegos”, añadió el experto.
Difícil llegar hasta Estados Unidos
El jueves, la embajada de Estados Unidos en Honduras recordó en un mensaje de Twitter, que la migración a su territorio es más difícil y peligrosa que nunca debido al coronavirus.
Sin embargo, Estados Unidos ha estado restringiendo e impidiendo la entrada de migrantes solicitantes de asilo por su frontera con México desde antes de la pandemia.
Datos de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza reflejan que durante el mes de agosto fueron detenidos 49.594 inmigrantes indocumentados en la frontera sur de Estados Unidos, la segunda cifra más alta para ese mismo mes en cinco años, después de agosto de 2019.
En febrero de 2019, el presidente Donald Trump declaró una emergencia nacional -una medida que fue renovada un año después- con el fin de obtener el dinero para construir un muro a lo largo de la frontera con México y poder desplegar a militares en esa región.
Además, su administración viene restringiendo cada vez más la concesión de asilo, que es uno de los principales recursos que tienen a su disposición muchos de los migrantes que llegan a Estados Unidos desde Centroamérica.
La cuota en 2021 será de 15.000 refugiados, de 18.000 autorizados para este año.
Trump ha reiterado que su objetivo de poner al fin al flujo de caravanas de migrantes centroamericanos, así como al tráfico de drogas y la delincuencia procedente de estos países.
Con información de Eugenia Sagastume / La Voz de América
