El presidente cubano Miguel Díaz-Canel calificó por Twitter de «inmoral, mentirosa y perversa» la decisión de Estados Unidos de incluir a la isla en su lista negra de países que no hacen lo suficiente para luchar contra la trata de personas. Una designación que podría conllevar sanciones contra Cuba.
Estados Unidos anunció que Cuba figura ahora en la lista negra de países que no hacen lo suficiente para combatir la trata de humanos. Según el informe estadounidense, Cuba forza a médicos a formar parte de sus misiones internacionales, un programa insigne de la revolución de Fidel Castro que en los últimos años ha generado importantes ingresos a La Habana por contratos con decenas de países.
Según el opositor Iván Hernández Carrillo, secretario general de la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC), «se les roba descaradamente el salario: un médico gana aproximadamente el 20 o 25% del salario que se le paga, es decir que el gobierno cubano se roba el 75 o 80% en cualquier parte del mundo».
«Ahora tenemos el caso de dos médicos cubanos que han sido secuestrados en Kenia, y el gobierno cubano no les da la protección de pagar el rescate que están pidiendo los secuestradores, y su vida está corriendo evidentemente peligro», añade Iván Hernández Carrillo.
Más allá del programa de envío de médicos cubanos al extranjero, la oposición denuncia la violación de los derechos de los cubanos cuando emigran. «Los cubanos que están tratando de salir del país y se marchan por ejemplo por Nicaragua, Ecuador, Guyana, son objeto de este trato desmedido de coyotes: usurpan sus pertenencias, las mujeres son violadas, en muchos casos son asesinados por estas personas que se dedican al tráfico de personas», prosigue el secretario general de la ASIC.
Según él, el gobierno cubano está muy al tanto de esta situación pero «hace muy poco para que esto no continúe pasando».
Además de cuestionar las misiones médicas, el reporte dijo que el gobierno cubano «no criminalizó todas las formas de trabajo forzoso o tráfico sexual de jóvenes de 16 y 17 años», y tampoco buscó identificar a las víctimas de trabajo forzado.
Con información de Radio Francia Internacional
