Por Moisés Cottom |
El 24 de noviembre de 1991 murió Freddie Mercury, en su casa de Londres, apenas un día después de anunciar públicamente que tenía VIH/Sida.
Como líder y frontman de Queen, dejó algunas de las interpretaciones más potentes y teatrales del siglo XX. Su rango vocal, su presencia escénica y su estilo desafiante lo convirtieron en una figura irrepetible.
Compuso himnos como Bohemian Rhapsody, Somebody to Love y We Are the Champions, que ampliaron los límites del rock con arreglos operísticos y una energía singular.
Su muerte impulsó una ola global de concientización sobre el VIH, y en 1992 sus compañeros organizaron el histórico Freddie Mercury Tribute Concert, que reunió a las figuras más importantes de la música.
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