Una corriente tropical que se originó el 17 de septiembre de 2005 en la costa africana, tras cruzar el Atlántico, llegó al mar Caribe occidental formando un área de bajas presiones.
Para el 28 de septiembre, el sistema se localizaba entre Jamaica y Honduras, con desplazamiento hacia el noroeste y potencial de convertirse en depresión tropical. Los pronósticos advertían que el fenómeno se intensificaría antes de impactar a Guatemala.
El 29 de septiembre, la baja presión continuaba fortaleciéndose en el Caribe, mientras en la costa Pacífica guatemalteca se mantenían densos nublados. Ese mismo día, el sistema fue nombrado Tormenta Tropical Stan, la número 18 con nombre en la muy activa temporada ciclónica del Atlántico de 2005, que rompió récords no vistos desde la década de 1930.
Aunque inicialmente se presentó como una tormenta relativamente débil, Stan alcanzó la categoría 1 en la escala Saffir-Simpson al tocar tierra en el estado de Veracruz, México. Su lento desplazamiento provocó intensas lluvias que impactaron severamente al sureste mexicano, así como a las tierras altas y zonas costeras de Guatemala y El Salvador.
En Guatemala, la tragedia se vio agravada porque el país ya había registrado una temporada de lluvias con niveles de precipitación por encima del promedio anual.
A partir del 28 de septiembre de 2005, el INSIVUMEH y la CONRED comenzaron a emitir boletines de alerta sobre inundaciones, crecidas de ríos y posibles desbordamientos, advirtiendo del riesgo para comunidades en distintas regiones del país.
Las lluvias de Stan desencadenaron deslaves, destrucción de viviendas e infraestructura, además de miles de víctimas mortales y damnificados, convirtiéndose en uno de los desastres naturales más devastadores en la historia reciente de Guatemala.











