Por Fredy De León |
A orillas del místico Lago Atitlán, en el tranquilo municipio de San Marcos La Laguna, se encuentra uno de los destinos más especiales para los viajeros que buscan naturaleza, aventura y espiritualidad en un solo lugar: la Reserva Natural Cerro Tzankujil.
Este parque ecológico no solo ofrece postales impresionantes del lago y sus volcanes, sino que se ha consolidado como un espacio de conservación ambiental, recreación y conexión cultural con el pueblo maya.

Uno de los principales atractivos de la reserva es su famosa plataforma de salto, una estructura de madera ubicada a más de 12 metros de altura desde donde los más valientes se lanzan directo a las aguas cristalinas del Atitlán. Esta experiencia se ha convertido en un ritual imperdible para visitantes nacionales e internacionales.

Para quienes prefieren actividades más relajadas, la reserva cuenta con senderos ecológicos bien señalizados que conducen a distintos miradores naturales. Desde estos puntos elevados, se puede apreciar una de las vistas más espectaculares del lago, especialmente al atardecer.
Además, el parque ofrece alquiler de kayaks, ideal para recorrer la costa del lago en calma, rodeado de aves, vegetación y una tranquilidad que solo San Marcos puede ofrecer.

La Reserva Natural Cerro Tzankujil también es un lugar de profundo significado cultural. En su territorio se encuentran cuatro altares mayas, aún utilizados por guías espirituales y pobladores para realizar ceremonias tradicionales. Esta conexión con lo ancestral aporta un valor simbólico que va más allá del turismo: es una invitación a la introspección y al respeto por la cosmovisión maya.
La reserva está abierta todos los días, de 8:00 a 17:00 horas. La entrada tiene un costo simbólico: Q10 para guatemaltecos y Q15 para extranjeros, fondos que se destinan a la conservación del lugar.

Se recomienda llevar ropa cómoda, calzado adecuado, agua pura y protección solar. También es aconsejable llegar temprano para disfrutar con calma de todas las áreas del parque.
El acceso más fácil es vía lancha desde Panajachel o desde cualquiera de los pueblos alrededor del lago. Al llegar al muelle de San Marcos La Laguna, basta con seguir un breve camino señalizado para ingresar a la reserva. En pocos minutos, el visitante pasa del bullicio del muelle a la serenidad del bosque.

Cerro Tzankujil es más que una reserva natural: es un lugar para respirar profundo, lanzarse al agua, caminar entre árboles sagrados y reconectar con uno mismo. San Marcos La Laguna lo guarda como uno de sus tesoros más queridos, y todo viajero que lo visita lo lleva para siempre en el corazón.












