Por Fernando Castellanos |
Un Jumbo 767 de la aerolínea TACA, con 225 personas a bordo, vivió un dramático incidente al aterrizar en el Aeropuerto Internacional La Aurora, procedente de San Salvador y con destino final Los Ángeles, haciendo escala en Guatemala.
La aeronave se aproximó a la Pista 19, en dirección norte a sur, durante la noche y bajo una intensa lluvia. La Torre de Control advirtió al piloto que venía demasiado alto y rápido, y que la pista estaba mojada. Pese a la advertencia, el piloto insistió en proceder con el aterrizaje sin realizar correcciones.
El avión tocó tierra demasiado adelante, dejando menos de la mitad de la pista disponible para frenar. Como resultado, no logró detenerse a tiempo y terminó saliéndose al extremo sur de la pista, impactando contra varias viviendas aledañas.
Milagrosamente, el incidente solo dejó tres heridos leves entre los pasajeros y ningún herido en tierra, a pesar de los considerables daños materiales tanto en el avión como en las casas.
Tras el accidente, el avión permaneció estacionado frente a uno de los hangares de La Aurora, sin las insignias de la aerolínea, mientras TACA y la aseguradora evaluaban su destino final.
Un caso más de error humano, como ocurre en la gran mayoría de los accidentes aéreos.
