En un día lluvioso de septiembre, un grupo de periodistas se reunió en un edificio de oficinas en las afueras de Washington. Algunos eran periodistas experimentados, otros todavía estudiantes. Pero todos estaban allí para aprender cómo mantenerse a salvo cuando cubren las elecciones y los disturbios.
Organizada por la Fundación Internacional de Mujeres Periodistas (IWMF, por sus siglas en inglés), la sesión de capacitación fue parte de una campaña nacional para enseñar a los periodistas en Estados Unidos cómo mantenerse a salvo en sus tareas, incluso mientras informan sobre la campaña presidencial.
Durante el año pasado, la IWMF ha capacitado a más de 620 periodistas en 13 estados.
“Esta gira de seguridad ha sido realmente esclarecedora. Desafortunadamente, lo que estamos escuchando es bastante alarmante, y no se trata solo de informes electorales”, dijo la directora ejecutiva de la IWMF, Elisa Lees Muñoz, a la Voz de América.
“Lo que estamos comprendiendo cada vez más es que, literalmente, cada tema en Estados Unidos se ha convertido en un tema polarizador y, por lo tanto, se ha convertido en un tema peligroso”.
Este año, en comparación con el año pasado, han sido arrestados en Estados Unidos tres veces más periodistas, según el U.S. Press Freedom Tracker. También han sido agredidos más periodistas, según los datos del grupo.
“Vemos que los periodistas siguen luchando todos los días por defender ese derecho básico de la libertad de prensa”, dijo Kirstin McCudden, editora ejecutiva del Tracker, a la VOA en la oficina del grupo en Brooklyn.
“Es un poco alarmante”, dijo.
Muchos de los incidentes ocurrieron durante protestas a favor de Palestina. En un caso, tres fotoperiodistas fueron arrestados en Chicago en agosto mientras cubrían una protesta en el exterior de la Convención Nacional Demócrata.
“Los departamentos de policía sienten que tienen el poder de violar los derechos de los periodistas. Luego, lo que termina sucediendo es que se convierte en un efecto de bola de nieve. Más agencias policiales toman medidas aún más duras”, alertó Trevor Timm, actual director ejecutivo de la Freedom of the Press Foundation, que publica el Tracker.
Si bien la libertad de prensa es a menudo un problema local, también importa lo que dicen los candidatos presidenciales y cómo tratan a la prensa, según varios analistas.
“Leña al fuego”
La campaña del expresidente Donald Trump ha estado marcada por el mismo tipo de ataques contra los medios que caracterizaron su presidencia, dijeron los analistas que hablaron con la VOA.
Antes y durante la presidencia de Trump, Stephanie Sugars, reportera senior de Tracker, documentó más de 2.000 publicaciones antimedios de comunicación de Trump en la plataforma de redes sociales X, entonces conocida como Twitter. El tono de esas publicaciones evolucionó de apuntar a periodistas individuales a medios de comunicación específicos y luego a la industria de los medios en general.
“Mucha de esa retórica todavía está en juego y es parte de su manual”, dijo Sugars. Agregó que Tracker monitorearía las publicaciones anti-medios del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris si existieran ese tipo de publicaciones.
Sugars advirtió que no se debe culpar únicamente a Trump por la creciente hostilidad que enfrentan los periodistas en Estados Unidos. Pero, dijo, él tampoco ha ayudado a mejorar la situación.
“Si siembras desconfianza en este tipo de fuentes externas y realmente alientas a tus seguidores, aquellos que te apoyan, a creer solo lo que dices específicamente, esa es una gran manera de mantener un control firme sobre lo que es la narrativa, lo que se entiende por verdad, y eso es una increíble cantidad de poder a mano”, dijo Sugars.
McCudden estuvo de acuerdo. “La retórica importa y es leña al fuego”, dijo.
En respuesta a la solicitud de comentarios de la VOA, la campaña presidencial de Trump compartió una declaración que el portavoz del Comité Nacional Republicano, Taylor Rogers, proporcionó originalmente al sitio de noticias conservador Daily Caller.
En ella, Rogers describió a Trump como un “campeón de la libertad de expresión” y dijo que “todos estaban más seguros bajo el presidente Trump, incluidos los periodistas”.
Mitigación del riesgo
El entorno hostil para los periodistas llega en un momento en el que la confianza en los medios ya está en un mínimo histórico en EEUU, según la encuestadora Gallup. Los ataques o la retórica hostil contra la prensa solo empeoran la situación.
Hasta ahora, Tracker ha documentado solo unas pocas violaciones directamente relacionadas con las elecciones. Pero, asevera McCudden, “la historia nos dice que debemos estar preocupados y conscientes”.
La alta ejecutiva citó la insurrección del 6 de enero en el Capitolio, donde 18 periodistas fueron agredidos.
McCudden dijo que podrían pasar algunos días hasta que se confirmen los resultados de las elecciones. “Y en ese tiempo, las tensiones serán altas y los periodistas cuyo trabajo es cubrir estos tiempos tensos también suelen estar en peligro”, explicó.
La capacitación en seguridad de la IWMF originalmente estaba dirigida a periodistas en zonas de combate y regiones peligrosas. Pero después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016, cuando los ataques a los medios comenzaron a aumentar, la IWMF se dio cuenta de que los periodistas con base en Estados Unidos también se beneficiarían de ellos, según Muñoz.
Para Jennifer Thomas, profesora de periodismo en la Universidad Howard en Washington, la capacitación le ofreció las herramientas para ayudar mejor a sus estudiantes a mantenerse seguros.
“Cuando informaba a nivel local y luego nacional y cubría noticias, no teníamos que preocuparnos tanto cuando salíamos a cubrir un evento”, valoró Thomas, quien anteriormente trabajó en CNN. “Bueno, los tiempos han cambiado”.
Durante la capacitación, Thomas y los demás conocieron una variedad de recursos sobre temas que incluyen la cobertura de disturbios y cómo lidiar con un arresto. Muñoz cree que esta información será cada vez más importante para los periodistas en Estados Unidos en los próximos años.
Información Cristina Caicedo Smit y Liam Scott / Voz de América