Por Moisés Cottom |
En 1917, la triple espía Mata Hari, célebre por su sensualidad y peligrosidad, era arrestada de regreso en París.
El 13 de febrero de 1917, la bailarina-espía Mata Hari fue detenida mientras regresaba a París, Francia, luego de completar una misión.
Nacida en Leeuwarden, Países Bajos, el 7 de agosto de 1876, bajo el nombre de Margaretha Geertruida Zelle, a los 18 años de edad se casó con un militar holandés mucho mayor que ella y se instaló junto con él en Java, Indonesia.
Allí tuvo dos hijos y se familiarizó con la cultura javanesa y las distintas técnicas de danzas orientales. Luego del fracaso de su matrimonio, Margaretha volvió a Europa y se instaló en París, donde tomó el nombre de Mata Hari y comenzó a desempeñarse como bailarina erótica.
De esa manera comenzó su carrera en el espionaje: el contacto cercano con políticos y militares le proporcionaba gran cantidad de información acerca de sus vidas y secretos.
En 1914, al comienzo de la Primera Guerra Mundial, Mata Hari decidió compartir su información y ofrecer sus servicios a Eugen Kraemer, jefe de espionaje alemán.
En 1916, se vio obligada a ofrecerse como doble espía para Francia, porque agentes aliados, especialmente Ladoux, un espía francés, la vigilaban de cerca.
Sin embargo, Mata Hari seguía en contacto con la embajada alemana. Esta condición de triple espía le valió su arresto el 13 de febrero de 1917. La sensual bailarina fue acusada de espionaje, sometida a juicio y condenada a muerte.