Con información de Fernando Castellanos.
Cada 26 de agosto se conmemora el “Día Internacional contra el Dengue”, una infección transmitida por mosquitos hembra principalmente de la especie Aedes aegypti y, en menor grado, de A. albopictus.
Últimamente, la transmisión de esta enfermedad ha aumentado de manera predominante en zonas urbanas y semiurbanas, lo que la ha convertido en un problema de salud pública, debido al estancamiento de agua en llantas, cacharros, fuentes sin uso, y otros recipientes.
El dengue es una enfermedad de tipo gripal que afecta a bebés, niños pequeños y adultos, pero raras veces resulta mortal.
En caso de dengue grave, es decisivo mantener el volumen de los líquidos corporales.
¿Qué es el dengue y sus síntomas?
Se trata de una infección aguda causada por un virus que puede afectar a cualquier grupo de edad.
Existen cuatro variedades de dengue, siendo el dengue hemorrágico el más grave. Es posible que una misma persona desarrolle la enfermedad cuatro veces, cada una de ellas por una variedad diferente del virus.
El dengue provoca síntomas parecidos a los de una gripe, como fiebre, dolores musculares y de cabeza, escalofríos, náuseas y vómitos.
En ocasiones puede evolucionar hasta convertirse en un cuadro potencialmente mortal, llamado dengue hemorrágico o grave. Es una enfermedad muy extendida en zonas tropicales del planeta.
En el siglo XXI se ha desarrollado de manera creciente en las zonas urbanas convirtiéndose en un problema grave de salud pública, junto con el Zika y Chikungunya. En la actualidad, más de la mitad de la población mundial tiene riesgo de contraer la enfermedad.
Cada año se producen más de 390 millones de casos en el mundo, de los cuales 500 mil corresponden a la variedad más grave, el dengue hemorrágico, que causa unas 25 mil muertes.