Un terremoto de magnitud de 7.3 grados sacudió la zona montañosa en la frontera entre Irán e Irak, dejando más de 330 muertos y 2 mil 530 heridos. El sismo provocó además corrimientos de tierra que dificultan las operaciones de socorro.
El seísmo, de magnitud 7.3 en la escala de Richter y registrado a una profundidad de 25 kilómetros, se produjo cerca de la ciudad de Halabja, en la región del Kurdistán iraquí, al noreste del país.
El terremoto afectó a todas las provincias de Irak, aunque también se sintió en Irán, especialmente en Azgaleh, donde se están instalando tres campamentos de emergencia, y en el sureste de Turquía, donde según las autoridades no ha habido víctimas ni se han producido daños.
Una treintena de equipos de rescate de la Media Luna Roja se encuentran en las zonas afectadas, aunque el acceso es difícil ya que los corrimientos de tierra han provocado el corte de carreteras.
La sacudida también se sintió en el sureste turco, fronterizo con Irán e Irak y, en la ciudad de Diyarbakir, los habitantes salieron de sus casas durante el temblor, aunque volvieron a ellas poco después.
En 2003 en Bam, provincia de Kerman (sureste de Irán) un sismo mató a al menos 31 mil personas y la ciudad quedó casi totalmente destruida.
En abril de 2013, se produjeron dos sismos en Irán, con unos días de diferencia, de magnitud 6.6 y 7.7, el más fuerte en ese país desde 1957.
Dejaron una cuarentena de muertos en Irán y otros tantos en el vecino Pakistán.
En junio de 1990, un sismo de magnitud 7.4 en Irán, cerca del mar Caspio (norte), causó 40 mil muertos y más de 300 mil heridos, y dejó sin hogar a medio millón de personas. En unos segundos, una superficie de 2 mil 100 km2, donde había 27 ciudades y 1 mil 871 pueblos repartidos por las provincias de Ghilan y Zandjan, quedó devastada.
Con información de Radio Francia Internacional
