Por Fredy de León |
Según los vecinos de más edad, el Templo a Minerva era utilizado como un centro para el desarrollo de actividades socioculturales y artísticas, pero su fin primordial, según el gobierno de aquel entonces, era celebrar el fin del ciclo escolar y rendir honores a todo el estudiantado.
Miguel Ángel Corzo Imeri, maestro jubilado, indica que “era un área recreativa que se deterioró por falta de mantenimiento, aunado a que el terremoto de 1976 lo dañó bastante y las autoridades de aquel entonces, en lugar de reconstruirlo, lo demolieron”.
El presidente de ese entonces, Manuel Estrada Cabrera, ordenó erigir en la ciudad capital y en todas las cabeceras departamentales un templo basado en el Partenón de Atenas, pero este sería en honor a Minerva, diosa de la sabiduría y las artes.
Por su parte, Miguel Linares Ramírez, un vecino sololateco de 74 años, dijo que “el templo a Minerva en Sololá era un lugar de reunión de amigos y artistas, incluso el profesor Salvador Rodas escribió un poema inspirado en este lugar de vista privilegiada”.
En este templo culminaba el desfile de cierre del ciclo escolar, que por aquel entonces se daba en los últimos días de octubre. Algunos vecinos recuerdan que aquí surgió el Trio Quetzal, una agrupación sololateca de mucho auge en aquellos días.
Cuenta la historia que el templo se inauguró en Sololá, en 1905, y se dice que fue construido con la colaboración de los vecinos y ocupó el área que ahora es la cancha de recreación, a un costado de la Escuela Justo Rufino Barrios, cumpliendo la orden presidencial de construir este templo en una colina o área alta.