Jessica Ramos, senadora estatal de NY: De Colombia a Jackson Heights

Dic 6, 2018 | Política | 0 Comentarios

Escuchar durante su infancia las grabaciones de los discursos del líder político colombiano Jorge Eliécer Gaitán, las conversaciones de sus padres sobre la lucha de derechos o aprenderse la oración de la paz, mientras vivía en el barrio Astoria, de Nueva York, donde convergían diferentes culturas, realidades y líderes, marcó la vida de Jessica Ramos, la colombo neoyorkina que logró, en las elecciones legislativas, una curul en el Senado estatal de Nueva York para representar el distrito 13 de la ciudad.

En su sangre lleva los ideales de su padre, quien hace 40 años salió de Colombia al país norteamericano en busca de nuevas oportunidades. Era taxista y, cuando tocó tierras estadounidenses se activó su espíritu de lucha por uno de los partidos políticos tradicionales colombianos: el liberalismo.

Jessica, quien habló con la Voz de América, dice que el activismo político puede fundamentarse en la experiencia del inmigrante en ese entonces: “Había mucho colombiano y mucho narcotráfico en Queens, pero por eso mismo tantos colombianos se preocuparon en esa época por comenzar a formar sus instituciones para dejar el país en alto”.

Dentro del partido, dice, “para ellos, fue primordial la lucha por la doble ciudadanía y por conseguir la curul para los colombianos en el exterior (…) Me acuerdo que mis padres vivían muy preocupados porque los colombianos se respetaran y, por ende, de que existiera una representación latina”.

Jessica fue la primera integrante de la familia nacida en EE.UU., un hecho que también marcaría su responsabilidad de trabajar por las comunidades inmigrantes. Actualmente, solo su madre y sus hermanas viven en Estados Unidos; su padre, está de regreso en Colombia.

“Cuando me preguntan ‘¿De qué parte de Colombia es? Yo digo: Jackson Heights (…) Cuando uno nace y se cría aquí, en esta ciudad, es difícil encontrar el equilibrio entre si se es más neoyorkino o colombiano. Cuando uno va creciendo, en esos años críticos, tratando de encontrar su identidad, suele tener muchas preguntas, más en mi casa donde mis papás solo dejaban que habláramos español”, cuenta con orgullo a VOA Noticias.

Incluso, a los 6 años, tenía su propio programa radial –La Voz de la Gran Colombia– donde enseñaba a otro niños neoyorkinos a leer y escribir en español, a través de la historia de Colombia.

“Es la experiencia de cada hijo de inmigrante; entender la responsabilidad de traducir para tus padres… Desde pequeños aprendemos a entender el sistema de salud, el gubernamental, más ver el activismo de mis padres fue la receta perfecta y el paso lógico de que yo entendiera exactamente por qué el sistema no funciona para las personas de color o para los inmigrantes”, cuenta.

Su madre también fue miembro del Sindicato Internacional de Mujeres Costureras y, mientras su padre se convertía en líder de la comunidad colombiana en un barrio de Nueva York, a finales de los 90, cuando aún no había latinos electos en Queens, fue elegido primero en el concejo, en la Asamblea. En esta etapa, fue elegido José Peralta quien se convertiría en el contrincante de Jessica en la elecciones de medio término del pasado 6 de noviembre.

Contacto con el servicio público

Paralelamente, la colombo neoyorkina fue incrementando su conocimiento en el servicio público, ya que su padre estuvo mucho años en la Junta Comunal. Dice que estudió negocios internacionales “solo para darme cuenta de que me interesaba mucho más la calidad de vida de mis vecinos que el dinero, así que decidí empezar una carrera, primero trabajando en el Concejo Municipal, un par de años, en Nueva York”.

De allí, pasó a trabajar por casi una década en el movimiento sindical de la ciudad para, luego, ser parte de la administración del alcalde Bill de Blasio como la primera directora de medios latinos en Nueva York, en el 2015.

Luego, decidió irse de la alcaldía para disputar uno de los retos más importantes de su carrera: desafiar el mandato del senador estatal José Peralta, quien llevaba ocho años en el cargo.

Su madre fue la encargada de convencerla de dar el paso final, ante varias situaciones que aquejaban a Jessica. “¿Por qué no corre (declararse candidata), si está tan enojada?”, fueron las palabras mágicas. “Ella fue la que me sembró la idea porque la verdad habían muchas injusticias, especialmente con mis niños Benjamin y Tomás, que tienen 5 y 7 años. Estudiantes en una escuela pública en Jackson Heights, a la que el estado le debe dos millones de dólares en fondos. Eso es suficiente para enfurecer a cualquier padre de familia y solo se puede arreglar a nivel estatal. Por eso, era importante lanzarme, arriesgar todo, sacrificar el tiempo con mi familia y tomar ese reto. Luchar por lo que necesita mi comunidad”, enfatiza Jessica, en entrevista con la VOA.

Por ahora, reconoce que conseguir esta curul no fue un trabajo fácil, más en “el ambiente político (de EE.UU.) que, en este momento es muy tóxico. Hay demasiada retórica de odio de los republicanos, de xenofobia, de desamor”. Para ganar, dice ella, se acercó a la realidad de los habitantes de su barrio, empoderó y fortaleció lazos con líderes de otras comunidades.

Su distrito es el más diverso; allí se hablan más de 100 idiomas y está la comunidad LGTBI más grande de la ciudad. Dentro de sus proyectos, Jessica dice que está la codificación de los derechos reproductivos de la mujer para garantizar la protección por ley. Así mismo, encontrar la forma de empoderar económicamente a la población translatina y la fuerza laboral femenina.

En cuanto a las familias inmigrantes, teniendo en cuenta que ella proviene de una, dice que está trabajando para restaurar el derecho de los indocumentados a conducir. “Darles identificación y empoderarlos a que puedan llegar al trabajo, recoger a sus hijos, tener una vida más cotidiana y no en las sombras”, cuenta. También, garantizar el derecho a tener un defensor público en procesos legales. Y, por último, un acta que daría a los estudiantes indocumentados la oportunidad de pagar una matrícula local en EE.UU.

Jessica es parte de nuevos liderazgos políticos, junto a Alexandra Ocasio Cortéz, la latina de 29 años elegida al congreso federal por el estado de Nueva York y Lina Hidalgo, la inmigrante colombiana que logró una importante victoria en Texas. Ella dice que lo importante es, además de “demostrar cierta ambición por el mundo en el que queremos vivir” también es hacer frente al gobierno de Donald Trump que, para Ramos, es un liderazgo con mensajes “poco informados, llenos de odio, sin visión (…) Por eso, tantas candidaturas que hablaron de cambio y reforma fueron las que triunfaron”.

Finalmente, Jessica dijo a la Voz de América que cree que las necesidades en EE.UU., Latinoamérica o Colombia son las mismas: “hemos perdido la clase media; la desigualdad económica es tal que la pobreza es rampante”.

¿Y el futuro? “Bueno… ni siquiera esperaba estar en el Senado estatal de Nueva York”. Por ahora, se encuentra aprendiendo de sus futuros colegas. “Pregúntame dentro de unos años, tal vez; la reelección sería en el 2020, pero por ahora estoy enfocada en este grupo de trabajo”, enfatiza.

Con información de La Voz de América

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