Habitualmente Hong-Kong es la única zona de China donde el poder comunista central tolera que se conmemore la represión de la plaza Tiananmen. Ilustra las libertades de las que goza el territorio semi-autónomo desde su retrocessión por el Reino-Unido a China en 1997.
El 4 de junio de 1989, la intervención de los militares chinos en la emblemática plaza de Tiananmen en Pekín ponía fín a siete semanas de manifestaciones de estudiantes y obreros contra la corrupción y por la democracia. La represión dejaría entre varios cientos y más de mil muertos.
Recordar publicamente a estas víctimas es un tabú en China continental. El gobierno central prohibe y censura cualquier mención del evento, incluso en las redes sociales. Los medios permanecen en silencio y la policía vigila de cerca a los disidentes en los días previos a la fecha fatídica.
Hasta ahora, de acuerdo con las libertades que le otorga su estatus especial, Hong-Kong podía organizar congregaciones para dichas conmemoraciones. Y la tradicional vigilia del recuerdo solía atraer a multitudes en el Parque Victoria de la ciudad financiera, en particular en momentos de tensión con Pekín.
Este año, por primera vez en 30 años y después de un año de protestas masivas en favor de la democracia, la policía de Hong-Kong prohibió la vigilia colectiva en el Parque Victoria, so pretexto de «riesgos sanitarios» por el nuevo coronavirus.
Sin embargo, este jueves, varios miles de personas desafiaron la interdicción a invadieron esta area verde de la isla de Hong-Kong, gritando esloganes por democracia. La policía que estaba en el lugar no intervino.
«Desde hace 30 años, voy cada año al Parque Victoria para participar en la vigilia por las víctimas de la represión del 4 de junio, pero este año era aún más importante», dijo a la Agencia France Presse un hombre de 74 años que se presentó como Yip. «Porque Hong-Kong vive ahora el mismo tipo de represión llevada a cabo por el mismo régimen, como lo que pasó en Pekín en aquel entonces», agregó.
Para los numerosos hongkoneses que protestan desde hace meses contra la influencia de Pekín, la prohibición de la vigilia en el Parque Victoria es una nueva señal de las amenazas que pesan contra el principio «un país, dos sistemas» que otorga libertades especiales al territorio. Y temen que la nueva ley de seguridad nacional, que está impulsando el gobierno chino contra el «terrorismo» y las «actividades subversivas», termine prohibiendo cualquier manifestación y opinión crítica e impida las vigilias del 4 de junio para siempre.
Con información de Lucile Gimberg / Radio Francia Internacional / Foto AFP
