Por Herlindo García |
Cada 7 de diciembre, en Salcajá, Quetzaltenango, se desarrolla el tradicional Desfile de Diablos, donde participan personas disfrazadas o pintadas.
La tradición se desarrolla los primeros domingos de diciembre, donde se observan a personas, en su mayoría jóvenes, portando atuendos o con el cuerpo pintado de diablos.
Todos llevan un chicote o un cincho y recorren las principales calles y avenidas de Salcajá. Durante el trayecto, los pobladores retan a los diablos y estos deben correrlos hasta alcanzarlos para pegarles o hacerles cosquillas. De acuerdo a la tradición oral y creencias, esta acción simboliza expulsar el mal.
Durante los recorridos los pobladores gritan, en repetidas ocasiones, las frases: “que muera ese diablo” o “ese diablo no sirve”.
Los participantes muestran su creatividad en la elaboracion de los diseños y los colores que sobresalen son rojo, amarillo, azul, verde y negro.
Juan Antonio Herrera, vecino, comenta que después de pintarse o disfrazarse, se lleva a cabo la quema del diablo. Indica que antes no había alumbrado público, por ello, se encendían fogatas para iluminar el paso de la Virgen de Concepción.