Al cumplirse un mes de manifestaciones acompañadas por actos de vandalismo, el movimiento de los “chalecos amarillos” empieza a sentirse en la economía francesa, que perdería 0,1% de crecimiento en el último trimestre del año, según advirtió el ministro de Finanzas.
El acto IV del movimiento de protesta de los «chalecos amarillos» que tuvo lugar el sábado 8 de diciembre en París se caracterizó nuevamente por cuantiosos daños y el saqueo de comercios. Después de un mes de movilización, la factura es cada vez más elevada. Según el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, los disturbios relacionados con las manifestaciones de los chalecos amarillos harán que Francia pierda 0,1% de crecimiento en el último trimestre de este año.
«Creo que los acontecimientos actuales deberían hacer que perdamos 0,1 puntos de crecimiento de nuestra riqueza nacional en el último trimestre», afirmó este lunes el ministro francés de Finanzas en la radio RTL.
Por su parte, el banco central francés redujo a la mitad la tasa de crecimiento del PIB francés en el cuarto trimestre, del 0,4% registrado anteriormente, hasta el 0,2%, ya que el impacto del movimiento de “los chalecos amarillos” se dejó sentir en «la mayoría de los sectores».
Más allá de los daños materiales observados tras la movilización del sábado, el Ministro de Economía y Finanzas aseguró que se trata de un «desastre para la economía». La temporada de Navidad es crucial para los comerciantes. Las estimaciones sugieren un descenso de la actividad de hasta un -40% para algunas empresas.
Las compañías más pequeñas son necesariamente las más vulnerables. La Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (CPME), que las representa, teme que muchas se encuentran en peligro. Espera pérdidas de 10.000 millones de euros y está aumentando sus pedidos de ayuda al ministerio de Finanzas. Entre otras demandas, solicitan una célula de crisis, un aplazamiento de los pagos de impuestos o de la seguridad social para las empresas en dificultades, así como una actitud comprensiva por parte de los bancos.
Más allá de las posibles quiebras individuales, también hay consecuencias para el crecimiento de Francia. Bruno Le Maire, preocupado por el impacto en el atractivo de Francia y las posibles dudas de los inversores, espera una desaceleración económica a finales de año.
«La acción de los «chalecos amarillos» envía un mensaje confuso, “especialmente a los grandes inversores internacionales», confirma Daniel Gérino, especialista en estrategia económica y presidente de Carlton Sélection, quien se describe «un clima de incertidumbre que no es propicio para la inversión».
Con información de Radio Francia Internacional
