Los grupos vulnerables son personas o colectivos que se encuentran en una situación de riesgo o desventaja por cualquier motivo y generalmente son los Estados los responsables de asistirles. Si bien es cierto que estos grupos son víctimas de violación de sus derechos en aquellas sociedades que no han logrado superar sus grandes deficiencias económicas, sociales y políticas, es importante que desde sus organizaciones y comunidades asuman un rol protagónico que lleve a fortalecer no solo su presencia en la vida comunitaria, sino también a demandar que sus derechos sean atendidos.
Estos grupos los forman aquellas personas con capacidades especiales, grupos inmigrantes, indígenas, miembros de minorías sexuales, mujeres, niños y ancianos, etc. que viven en permanente demanda para que los gobiernos cumplan con su obligación de protegerlos y darles las herramientas necesarias para lograr la igualdad de oportunidades y obtener las mismas posibilidades de desarrollo.
Lamentablemente son desde los Estados y gobiernos donde las violaciones a los derechos de los grupos vulnerables son más graves ya que la carencia de políticas públicas e inclusión en el quehacer público, generan discriminación y exclusión.
Los políticos no deben ser ajenos y desde los Estados no se debe de abandonar a las personas más vulnerables. La carencia de políticas públicas inclusivas promueve a las violaciones de los derechos humanos desde los gobiernos.
La diversidad de las sociedades debe ser vista desde los gobiernos como un valor agregado a la riqueza humana de sus gobernados; sin embargo, son las ideologías las que hacen distorsionar la función de los Estados para convertirla en un campo de batalla al no solo proteger a la sociedad de actitudes intolerantes y discriminatorias, sino más bien al promoverlas.
Las políticas públicas deben ayudar a construir mejores personas desde diferentes frentes. Las diversidades humanas y las personas excluidas deben ser protagonistas de los destinos de sus comunidades y sociedades y la responsabilidad de los gobiernos es incorporarlos.
No hay razón alguna para que las personas con opciones sexuales diferentes, capacidades especiales, mujeres que hayan abortado, etc. sean excluidos desde las políticas de los gobiernos, se les invisibiliza en todo el sentido de la palabra.
La paz social depende de la generación de políticas públicas justas e inclusivas, hacer lo contrario es tergiversar la función de los gobiernos y traicionar en consecuencia la justicia para con sus sociedades. Debemos de trabajar para proteger y visibilizar a los grupos más vulnerables.
Hasta la próxima semana.