Lo que vivimos en los últimos días en Quetzaltenango es una crisis moral, en donde pudimos ver que reina la indiferencia social e institucional al sufrimiento de la otredad y el mensaje dirigido especialmente a la juventud es un bombardeo continuo de egoísmo, de competencias desleales y cuya preocupación debe ser ganar dinero sin que le preocupe nada más.
La sociedad actual esta enferma plagada de dictaduras utilitaristas y de falsos valores que invaden el Sistema Educativo Nacional y la Universidad, que impulsan la civilización del incivilizado dentro del marco del imperialismo neocolonial que pretende crear seres desarrollados que contribuyan a un futuro plagado de utilidad de lo inútil.
Nos hemos convertido en una sociedad de derroche, de usar y tirar lo poco que tenemos, las familias sacrifican sus medios para responder al mercado, tirando y usando sus escasos recursos para celebrar la pobreza histórica de 201 años que ha dejado quienes les han arrebatado la vida, recursos y medios, arrancándoles a través de medios brutales e injustos la esperanza de un futuro mejor.
La escuela y la universidad siguen contribuyendo en la instauración de un sistema de pobreza cultural, pobreza social, pobreza ética, pobreza ecológica, pobreza espiritual, pobreza económica y pobreza intelectual que tiene mayor prevalencia en la continuidad de pseudo celebraciones de independencia coloniales.
Lo sucedido quedará, inscrito en la historia del crimen, vergüenza del género humano y como prueba más segura de la decadencia de la educación, pasara como la historia de quienes hoy sustentan la administración municipal, sirviendo para la posteridad como baraúnda de eventos que pertenecen a la esclavitud del individuo y del pueblo sometido a una vida liquida.
Aquí la importancia del docente que debe hacer un trabajo relevante en el aula, pues su saber y conocimiento es trascendental ante un ordenador, tablet. celular o internet, debe ser un desobediente epistémico que critique las falsas celebraciones y valores que promueve la sociedad alienada y colonizada.
En sus manos el profesor tiene la oportunidad de poder cambiar la vida de la niñez y juventud estudiantil que asiste a las aulas con la esperanza de una vida mejor y fructífera para desarrollarse como un ser libre y con conocimiento de causa. Haciendo que se resista a la estela utilitarista al servicio de los poderes fácticos se trata de enfrentar la dificultad de pensar y vivir en la búsqueda de soluciones a los problemas contemporáneos y la construcción del futuro,
Para alcanzar la verdad, es necesario, una vez en la vida, desprenderse de todas las ideas recibidas, reconstruir de nuevo y desde los cimientos todo nuestro sistema de conocimientos, por ello es imperante defender la educación pública, la escuela y la universidad, si dejamos que las destruyan no será posible tener un asidero para la humanidad.
