La ministra de Relaciones Exteriores del gobierno de transición de Bolivia, Karen Longaric, envió el martes por la noche a su homólogo argentino, Felipe Solá, una carta en la que le solicita que el gobierno de Alberto Fernández repudie las declaraciones del expresidente Evo Morales sobre su intención de organizar milicias armadas si volviera a su país.
En la carta de cinco puntos, Longaric afirma que «Morales se ampara en la figura del refugio (político, garantizada por el gobierno argentino) e incita a la violencia, el odio, la discriminación, la subversión y el terrorismo».
Desde su asilo en Argentina, Morales había sugerido que podrían formarse milicias similares a las que apoyan al gobierno en disputa de Nicolás Maduro en Venezuela.
El texto además expresa que el exmandatario, que renunció en noviembre a la presidencia después de unas elecciones catalogadas de fraudulentas, «ha cruzado la línea de la legalidad, resguardándose en gobiernos y territorios que utiliza como base operativa para vulnerar la democracia y el Estado de derecho en Bolivia».
La misiva dice que el gobierno de la transición en Bolivia tiene «preocupación» acerca de que Morales «induzca a la República Argentina a infringir normas y principios internacionales que prohíben la injerencia en asuntos internos de los Estados, la agresión, la violación de los derechos humanos y el terrorismo, con todo lo que esto implica».
«Pedimos al gobierno argentino repudiar las prácticas de Evo Morales, reñidas con la ley y el orden público internacional», concluye la carta.
Las declaraciones de Morales en Argentina, desde donde conduce la campaña de su partido Movimiento al Socialismo MAS, para las elecciones generales previstas para mayo, han sido criticadas por funcionarios del actual gobierno.
Con información de La Voz de América
