En los últimos meses en Quetzaltenango, aparte de joyas, electrodomésticos, teléfonos, tabletas y dispositivos electrónicos, las personas han optado por empeñar trajes típicos de Xela y de otros lugares del país.
Yesenia Gómez, quien viste el traje de Olintepeque, Quetzaltenango, menciona que una de las razones puede ser el robo de la indumentaria. “Tenemos conocimiento que en su mayoría estas prendas han sido despojadas de los meros dueños y se utilizan estos medios para obtener dinero rápido”, comenta.
Raquel Reyes, directora y fundadora del Museo Ixquic en Quetzaltenango, indica que el empeño no representa el desprendimiento de la identidad y que es una manera en que las personas obtienen dinero para cubrir una emergencia. “Lo vemos desde el fenómeno económico que afecta a la población”, explica Reyes.
Menciona que en algunos casos se observan en empeño trajes de fiesta, porque el de diario se vende en pocas ocasiones. “Podría ser por robos de prendas de vestir maya y las personas desconocen el valor histórico, simbólico, cultural y el significado que lleva la ropa, por ello, fácilmente la llevan a esos lugares de empeño. La cultura maya ha tenido ese valor y aprecio por la ropa”, dice Reyes.
Malas decisiones económicas
El economista Denis Rodas indica que desprenderse de la ropa típica, que tiene un alto valor sagrado, puede es un extremo originado por las malas inversiones y no ajustarse al presupuesto familiar.
“También tiene un trasfondo cultural que demuestra que las personas están dispuestas a sacrificar uno de los símbolos más importantes de nuestra cultura, el traje típico, para obtener ingresos para solventar la situación económica. La cultura financiera es compleja porque se deben tener claros los ingresos y gastos”, expone Rodas.
Carlos Coyoy, quien desde hace años vende trajes típicos en Quetzaltenango, indica que ha observado que algunos de los trajes que están en casas de empeño no son de buena calidad. “Las personas son hábiles e inteligentes, saben que llevan un traje de Quetzaltenango y lo valora en Q2 mil, cuando su precio puede ser de Q800”, comenta Coyoy.
Añade que el traje original de Quetzaltenango en raras ocasiones se observa en casas de empeño.
“Muchas personas están orilladas a desprenderse de la ropa típica, porque la crisis está castigando. Los trajes en una casa de empeño cuestan entre Q600 y Q900, cuando el precio real puede llegar a los Q3 mil”, manifiesta Coyoy.
Informe especial de Erick Colop
