Después del asesinato del mapuche Camilo Castrillanca por los carabineros, la relación entre la nación mapuche y el gobierno chileno se tensó aún más. Este hecho provocó la destitución de varias autoridades y el llamado a una movilización de 48 horas de la comunidad mapuche a partir de hoy, 27 de diciembre, por el derecho a la autodeterminación y la desmilitarización de su territorio.
El 14 de noviembre un disparo alcanzó la nuca de Camilo Castrillanca de 24 años, mientras circulaba en un tractor desarmado e indefenso. El asesinato echó a leña al fuego del conflicto entre la nación mapuche y el gobierno de Chile.
En el ejecutivo, provocó la destitución de varios generales y el jefe de los carabineros, la policía de ese país. En la comunidad afectada, atizó la furia que reina ante la inmovilidad del gobierno para responder a sus reivindicaciones.
El presidente Sebastián Piñera condenó el asesinato de Camilo Castrillanca sin embargo dijo que ese hecho no podía servir para condenar a todos los carabineros y defender a los terroristas. Ante esta respuesta ambigua del ejecutivo, los líderes mapuches convocaron a una movilización general de 48 horas a partir del 27 de diciembre, una iniciativa que enciende las alarmas sobre posibles nuevos enfrentamientos entre los indígenas y las fuerzas castrenses.
Hasta el momento, no se ha implementado ninguna medida adicional para evitar una escalada de la violencia, el subsecretario chileno del Interior, Rodrigo Ubilla, considera que no se trata de un evento extraordinario.
En el parlamento, legisladores de izquierda presentan acusaciones constitucionales contra el ministro del interior y exigen al presidente Piñera que destituya al titular porque carece de liderazgo para manejar la situación. Sin embargo, la diputada Andrea Parra del Partido por la Democracia señala que tanto las palabras del mandatario como las acusaciones contra el ministro del interior distraen las fuerzas de la principal causa del conflicto.
El conflicto mapuche en Chile parece tocar fondo y el gobierno carece de una estrategia concreta y expedita para lograr un entendimiento que termine con abusos y violencia. La lucha de los mapuches por hacer valer sus derechos crece, pero la posibilidad de real de alcanzar algún beneficio permanece inerte.
Con información de La Voz de América
